martes, 11 de octubre de 2022

Trato a los ricos

     Todos los días 10 hombres se reúnen en un bar para charlar y beber cerveza. La cuenta total de los diez hombres es de 100€.

    Acuerdan pagarla de la manera proporcional en que se pagan los  impuestos en la sociedad de un país, con lo que la cosa sería más o menos así,  según la escala de riqueza e ingresos de cada uno:

  • Los primeros 4 hombres (los más pobres) no pagan nada.
  • El 5º paga 1€.
  • El 6º paga 3€.
  • El 7º paga 7€.
  • El 8º paga 12€.
  • El 9º paga 18€.
  • El 10º (el más rico) paga 59€.

    A partir de entonces, todos se divertían y mantenían este acuerdo entre ellos, hasta que, un día, el dueño del bar les metió en un problema:

    -Ya que ustedes son tan buenos clientes,” les dijo, “ Les voy a reducir el costo de sus cervezas diarias en 20€. Los tragos desde ahora costarán 80€.

    El grupo, sin embargo, planteó seguir pagando la cuenta en la misma proporción que lo hacían antes.

    Los cuatro primeros siguieron bebiendo gratis; la rebaja no les afectaba en absoluto. ¿Pero qué pasaba con los otros seis bebedores, los que realmente abonan la cuenta? ¿Cómo debían repartir los 20€ de rebaja de manera que cada  uno recibiese una porción justa?

    Calcularon que los 20€ divididos en 6 eran 3,33€, pero, si restaban eso de la porción de cada uno, entonces el 5º y 6º hombre estarían cobrando para beber, ya que el 5º pagaba antes 1€ y el 6º 3€. Entonces el barman sugirió una fórmula en función de la riqueza de cada uno, y procedió a calcular la cantidad que cada uno debería pagar.

  • El 5º bebedor, lo mismo que los cuatro primeros, no pagaría nada: (100% de ahorro).
  • El 6º pagaría ahora 2€ en lugar de 3€: (ahorro 33% )
  • El 7º pagaría 5€ en lugar de 7€: (ahorro 28% ).
  • El 8º pagaría 9€ en lugar de 12€: (ahorro 25% ).
  • El 9º pagaría 14€ en lugar de 18€: (ahorro 22% ).
  • El 10º pagaría 49€ en lugar de 59€:(ahorro 16% ).

    Cada uno de los seis pagadores estaba ahora en una situación mejor que antes: los primeros cuatros bebedores seguían bebiendo gratis y el quinto también.

    Pero, una vez fuera del bar, comenzaron a comparar lo que estaban ahorrando. “Yo sólo recibí 1€ de los 20 ahorrados ,” dijo el 6º hombre y señaló al 10º bebedor, diciendo “ Pero él recibió 9€”

    “Sí, es correcto ,” dijo el 5º hombre. “ Yo también sólo ahorré 1€; es injusto que él reciba nueve veces más que yo.”

    “Es verdad ”, exclamó el 7º hombre. “¿ Por qué recibe él 9€ de rebaja cuando yo recibo sólo 2€? ¡Los ricos siempre reciben los mayores beneficios!”

    “¡Un momento !”, gritaron los cuatro primeros al mismo tiempo. “¡ Nosotros no hemos recibido nada de nada. El sistema explota a los pobres!”

    Los nueve hombres rodearon al 10º y le dieron una paliza.

    La noche siguiente el 10º hombre no acudió a beber, de modo que los nueve se sentaron y bebieron sus cervezas sin él. Pero a la hora de pagar la cuenta descubrieron algo inquietante: Entre todos ellos no juntaban el dinero para pagar ni siquiera LA MITAD de la cuenta.

    Y así es, amigos y amigas, periodistas y profesores universitarios, gremialistas y asalariados, profesionales y gente de la calle, la manera en que funciona el sistema de impuestos. La gente que paga los  impuestos más altos son los que se benefician más de una reducción de impuestos. Póngales impuestos muy altos, atáquenlos por ser ricos, y lo más probable es que no aparezcan nunca más. De hecho, es casi seguro que comenzarán a beber en algún bar en el extranjero donde la atmósfera es algo más amigable.

    Moraleja: “ El problema con el socialismo es que uno termina quedándose sin el dinero de la otra gente”.

    Ya lo dijo Margaret Tatcher: “El socialismo fracasa cuando se les acaba el dinero…. de los demás”

    Para quienes comprenden, no es necesaria una explicación.

Anónimo de Internet

domingo, 18 de septiembre de 2022

... conocereis la verdad y la verdad os hará libres.

    

    Seguramente muchos conocen esas palabras. Quizá, algunos menos, sabrán quien las escribió y a quien se le atribuyen. Las escribió el apóstol Juan relatando una pequeña parte del discurso de Jesús hacia sus seguidores. Fueron dichas en un contexto determinado y, por lo tanto, en un sentido e interpretación determinada.

    Sin embargo, durante mucho tiempo, no he podido evitar pensar en ellas sacándolas de su contexto y llegar a un pensamiento que ha sido, desde entonces, casi obsesivo: "Si la verdad nos hace libres, ¿la mentira nos esclaviza?"

    Parafraseando a la misma fuente de la que parte este pensamiento: si alguno no ha mentido alguna vez en su vida, que tire la primera piedra. Y por supuesto, la inversa: ¿a quien no le han mentido alguna vez? ¿quien no ha sentido alguna vez esa sensación amarga de haber sido engañado? Creo que todos sabemos en que consiste una mentira en sus múltiples formas y manifestaciones, pero no se trata aquí de hacer una taxonomía exhaustiva de la mentira y el engaño. A modo de ejemplo vamos a comentar algunos ejemplos más adelante, pero por ahora, vamos a definirla. La RAE la define, en su primera acepción, como "Expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se piensa o se siente."

    Una expresión no tiene por que ser oral o escrita solamente, un gesto, una postura corporal, por ejemplo, también son expresiones, y por tanto también se puede mentir con ellas. El caso típico es el que se da en determinados deportes, donde una determinada postura corporal es determinante para engañar al adversario (un regate en el futbol o el disparo de un penalti, donde tanto el que dispara como el portero tratan de engañar al adversario), o cuando un animal salvaje caza, tanto este como el que puede ser cazado se enzarzan en un baile de mentiras/engaños para obtener sus objetivos (uno comer y, el otro, salvar la vida). Incluso se puede mentir simplemente no expresando totalmente la verdad o simplemente, no manifestando nada. La mentira (embuste, bola, bulo, calumnia, falacia, difamación) y su hermano siamés, el engaño (la hipocresía, fingir, simular) tienen por tanto muchas formas de manifestarse.

    Como vemos, no solo los seres humanos mentimos y engañamos. De hecho podemos considerar que la mentira y el engaño son síntomas inequívocos de inteligencia. Hace falta al menos un mínimo de creatividad para 'planear' una mentira y algo más para ponerla en 'ejecución' para que sea efectiva. Sin un buen plan y una una buena ejecución, la probabilidad de un buen resultado que espera el sujeto que la ejecuta, disminuye. Y está claro que del nivel de inteligencia dependerá lo complejo del plan y su realización.

    Y aunque la inteligencia es algo que se aprecia en nuestra sociedad, sin embargo, la mentira y el engaño están condenados por los cánones éticos, morales y religiosos... ¿o no?. Bueno, depende, no tiene la misma consideración aquella mentira de -"Estoy bien, gracias" cuando realmente no lo estamos (una mentirijilla, decimos) que acusar por ejemplo de asesinato a alguien a sabiendas de que es mentira (calumnia). Muchos filósofos han tratado el tema: Platón, Aristóteles,  San Agustín, Tomás de Aquino, Kant...

    Desde esta página se puede tirar del hilo:   https://es.wikipedia.org/wiki/Mentira

    Pero en general parece que se aceptan las mentiras socialmente dependiendo de cual sea el objetivo último del engaño. De esta manera, un regate en un partido de futbol será elogiado y premiado mientras que falsificar los libros de cuentas de una empresa será reprobado y condenado. El caso es que mirado objetivamente, son el mismo hecho, al menos en esencia: mentir/engañar. 

    Vamos volviendo a la idea principal.... Existe muchas formas de mentir y engañar, pero no es la forma si no el objetivo de la mentira lo que la sociedad va a juzgar. Y en base a estos objetivos las mentiras se podría clasificar en diferentes categorías. Todos hemos oído hablar de las mentiras piadosas vs. mentiras oficiosas. Hay mentiras que se hacen con el objetivo (en principio) de hacer bien a alguien: -"¡Todo va a salir bien!" cuando se acerca un tsunami, para tranquilizar a las personas al límite del colapso; otras simplemente no hacen daño a nadie pero beneficia a quien la hace: -"Estoy bien, gracias", cuando acaba de perder a un ser querido, porque se quita de encima tener que dar más explicaciones que no le apetece dar. Y por supuesto las que perjudican a alguien, generalmente en beneficio del que miente/engaña.

    Lo que yo veo claro, desde que pienso en ello, es que hay algo común a todas ellas, independiente de la forma, los actores, los objetivos y la complejidad. Todas las mentiras pretenden hacer que una persona o un grupo actúe de una manera determinada, que se actúe de una forma diferente a si estuvieran en posesión de la verdad al completo. Es decir, conocer la verdad tiene como consecuencia tomar una determinada decisión, mientras que ser conocedor de una mentira te hace tomar otra decisión distinta (si se planeó y ejecutó de forma que supere la capacidad de el o los que son victimas de la mentira o estos no tienen forma alguna de conocer la verdad), y esta decisión generalmente será la que el mentiroso ha planeado que van a decidir tomar sus victimas. 

    La mentira hace que tus opciones de decidir cambien respecto a conocer la verdad. ¿Sería pues arriesgado decir que la mentira "obliga" a las personas que han sido mentidas/engañadas a tomar decisiones en contra de su voluntad? Un poco más allá... ¿No nos obligan cuando nos mienten a hacer cosas que no haríamos de saber la verdad? y, con una visión más amplia, obligarme a hacer algo que no quiero... ¿no es una forma de esclavitud? 

    Uno puede pensar que hay muchas cosas a las que estamos obligados y tenemos que hacer, y no por eso somos esclavos. Yo podría no querer pagar impuestos, a lo que estoy obligado, pero realmente yo puedo decidir, en última instancia, no pagarlos y asumir las consecuencias. En cualquier caso conozco el motivo de los impuestos, su utilidad y lo que de alguna manera representan.  Pero en la mentira no tengo opciones (si le sale bien la jugada al mentiroso) porque creo estar actuando en plena libertad cuando es todo lo contrario, desconociendo totalmente hasta el momento de descubrir la verdad, de los objetivos y motivaciones de la mentira. Soy una mera marioneta de la voluntad de otro.

    Es simple. Si uno es franco consigo mismo tiene que reconocer que esto es así. Cuando he mentido a alguien de la forma y con la intención que sea, ha sido con toda la intención para hiciera, pensara o se sintiera como yo he decidido que debe hacer, pensar o sentir. Es arrebatarle la libertad, al menos de una parte o faceta de su vida.

    Por tanto si, estoy convencido. En mi opinión la verdad me hace libre y la mentira me esclaviza. Contar la verdad da libertad a la gente y mentir escalviza a la gente.

domingo, 9 de enero de 2011

La Mala Reputación, de Pablo Dacal

Esta canción la conocí gracias a Loquillo y los Trogloditas,
pero es de Pablo Dacal al parecer. Que la disfruteis

En mi pueblo, sin pretensión, tengo mala reputación.
Haga lo que haga es igual, todo lo consideran mal.
Yo no pienso, pues, hacer ningún daño, queriendo vivir fuera del rebaño.

A la gente no le gusta que uno tenga su propia fé
¡A la gente no le gusta que uno tenga su propia fé!
Todos, todos me miran mal, salvo los ciegos -es natural-

Cuando es la fiesta nacional, yo me quedo en la cama
igual, que la música militar nunca me supo levantar.
En el mundo, pues, no hay mayor pecado que el de no
seguir al abanderado.

A la gente no le gusta que uno tenga su propia fé
¡A la gente no le gusta que uno tenga su propia fé!
Todos me muestran con el dedo, salvo los mancos -quiero y no puedo-

Si en la calle corre un ladrón, y a la saga va un ricachón,
zancadilla pongo al señor y aplastado el perseguidor.
Eso si, que si, que será una lata, siempre tengo yo que meter la pata

A la gente no le gusta que uno tenga su propia fé
¡A la gente no le gusta que uno tenga su propia fé!
Todos tras de mí a correr, salvo los rengos, es de creer.

No hace falta saber latín, yo ya sé cuál será mi fin.
En el pueblo empiezo a oir ¡Muerte! ¡Muerte al villano vil!
Yo no pienso, pues, armar ningún lío, con que no va a Roma el camino mío

A la gente no le gusta que uno tenga su propia fé
¡A la gente no le gusta que uno tenga su propia fé!
Todos, todos me miran mal, salvo los ciegos -es natural-